Práctica habitual en el mercado de segunda mano, especialmente de los anunciando en Internet en portales de anuncios y clasificados. Aunque sea práctica habitual es un delito de estafa y como tal tipificado por el código penal y perseguible.
La finalidad es conseguir un mayor precio. Y a día de hoy requiere especiales conocimientos técnicos en los modelos más nuevos del mercado. Para evitarlo podemos ver la ficha técnica o las ITV del vehículo.
Es complejo de denunciar en los casos es que en el contrato se refleja un precio inferior de venta para pagar menos impuestos.
El estafador se enfrenta a condenas de penas de prisión de 6 meses a 3 años, con ciertas circunstancias agravantes además de responsabilidad patrimonial para con la víctima.