El contrato de habitación, regulado por el Código Civil español en sus artículos 1542 y 1543, se define como aquel contrato en el cual una de las partes, denominada arrendador, se compromete a conceder el uso o disfrute de una habitación a otra parte, denominada arrendatario, durante un tiempo determinado y a cambio de un precio establecido.Este tipo de contrato se utiliza comúnmente en situaciones donde se alquila una habitación en una vivienda sin ceder el uso de toda la propiedad. Es frecuente su aplicación en contextos como el alquiler de habitaciones para estudiantes, que buscan alojamiento cercano a sus centros de estudio, o trabajadores que necesitan residencia temporal cercana a sus lugares de trabajo. Además, el alquiler de habitaciones en pisos turísticos ha ganado popularidad, ofreciendo opciones de alojamiento flexible para viajeros. También se utiliza en el alquiler por habitaciones en viviendas compartidas, donde varios inquilinos ocupan distintas habitaciones de un mismo inmueble compartiendo zonas comunes.Cada uso específico puede estar sujeto a regulaciones locales adicionales, especialmente en el caso de pisos turísticos, que pueden requerir licencias y cumplir con normativas municipales específicas.