En casos de delitos de conducción por alcoholemia grave, superar los límites legales de alcohol en sangre o aire espirado no solo conlleva multas; estos actos constituyen delitos penales. Pagar una multa no anula la posibilidad de enfrentar una pena de cárcel. Además, incluso si se logra una absolución en el ámbito penal por alcoholemia, aún se puede recibir una sanción administrativa por conducir bajo los efectos del alcohol. Esto resalta la dualidad de consecuencias legales en tales situaciones, tanto en el ámbito penal como administrativo.